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Roger Adrian, un amor que no se apaga

Como llama divina es el fuego ardiente del amor. Ni las muchas aguas pueden apagarlo, ni los ríos pueden extinguirlo”. Cantares 8:6-7

Yo tenía tan solo 17 años. En agosto de 1986 fui a un campamento cristiano en La Guásima. No recuerdo nada, nada de ese campamento… Lo que sí recuerdo es que allí conocí a una chica alegre, con una risa contagiosa, cantarina, que inmediatamente se hizo mi amiga. Ella se llamaba Grecia, y era tan agradable… Compartimos mucho en ese campamento. Hablamos de nuestras vidas, de nuestros sueños, de nuestras iglesias, de nuestras familias… Me habló de sus hermanas, y también me contó de su hermano mayor, quien estaba por graduarse de bachiller de la Agronómica Salesiana, en Barinas. El campamento terminó, con promesas de volver a vernos. El siguiente domingo me encontré con la grata sorpresa de su visita a mi iglesia. Ese día me dijo que su hermano aún estaba en Barinas, pero que lo invitaría a la iglesia una vez llegara a Valencia. Creo que pasaron unas 2 semanas… Y finalmente mi amiga llegó con su hermano. ¡Ése día pensé que él era el chico más guapo que había conocido jamás!

Han pasado ya 34 años de ese encuentro, y Roger Adrián aún me parece muy guapo. Nuestra conexión fue inmediata, era una atracción muy fuerte. Nos hicimos novios muy rápido, muy a pesar del hecho que yo debía mudarme a Caracas en octubre de ese año para iniciar mis estudios universitarios. Nuestro noviazgo fue laaaargo, y distanciado. Sin embargo, yo venía a Valencia cada fin de semana, desesperada por verlo. Pasamos 5 años viéndonos sólo los fines de semana, en una época donde no existían los celulares, donde las laptops no eran populares, donde las redes sociales ni soñaban con aparecer. Aun así, mantuvimos nuestra relación muy cercana, muy apasionada a lo largo de mis estudios.

Roger y yo nos casamos 6 años después de conocernos, en febrero de 1993. Los primeros 8 años de convivencia los hicimos en la Parroquia San Blas, en un apartamento grande, ventilado y espacioso. Nuestros dos hijos nacieron allí, los recuerdos más hermosos de nuestra familia vienen de esa época. Al principio, Roger no tenía buenos trabajos, hasta repartió flores para una famosa floristería de la ciudad. Luego, pasó a trabajar con mi papá en la imprenta de la familia, y allí aprendió el oficio de impresor. Roger nunca quiso estudiar una carrera universitaria, no hubo manera de convencerlo de lo contrario. Él lo que quería era trabajar.

Después de muchos años de casada, creo que uno de los secretos de un buen matrimonio es esperar por el crecimiento y el desarrollo de la pareja, y respetar sus procesos y decisiones. Éramos muy jóvenes cuando comenzamos nuestra familia, y aún teníamos que madurar mucho. Roger era un muchacho que parecía no estar claro en cuanto a lo que quería hacer con su vida. Años después me di cuenta que él había renunciado a trabajar como perito agrónomo por nuestra familia, ya que sabía que no éramos personas para vivir en el campo. Sin embargo, se hizo prensista con la ayuda de papá, y poco a poco fue haciéndose independiente.

Otro de los secretos de una buena convivencia matrimonial es entender qué mueve a la pareja, esto es vital. Roger nunca, nunca ha frenado mis proyectos, ni mi vida. Él entendió rápido que a mí me mueve la educación, y el trabajo en el ministerio cristiano. Pues, a Roger lo mueve el trabajo duro… Como familia entendimos que a Roger le gusta trabajar, y que eso es su prioridad. A él no se le puede interrumpir en su jornada laboral porque sencillamente te rebota, te dice que él está ocupado, que busques cómo resolver. Al principio eso creo muchos conflictos en casa, pero al comprender y aceptar su mística de trabajo, todo en casa fluyó mucho mejor.

Con el paso del tiempo he llegado a pensar que el éxito personal no está en el bolsillo sino en la capacidad que tengas para cumplir tus sueños. No, no estoy siendo ingenua y tonta… Los sueños son importantes. Yo creo que Roger es una persona exitosa… Después de muchos años de renunciar a su vocación, mi esposo hoy tiene unas parcelas donde cría cabras, y donde produce leche fresca y productos lácteos. Está comenzando, aún no saca mucho provecho de eso, pero hasta ahora todo lo que hace le sale muy bien. Su dulce de leche es riquísimo, el queso es delicioso y muy sano, y ahora ha comenzado a probar con un queso crema que no tiene nada que envidiar al comercial. Criar animales es la verdadera pasión de Roger, y nunca se ha permitido olvidarlo. Su éxito siempre ha sido no abandonar sus sueños, así le lleve la vida entera el hacerlos realidad.

En la antigüedad, el hombre era el artífice de la vida de una esposa y madre, porque en realidad una mujer no era dueña de su destino. En la Biblia vemos parejas memorables que han pasado a la historia por su comprensión mutua y compañía. Me viene a la mente el amor de Jacob por Raquel, y cómo amó a sus hijos de una manera tan especial. También recuerdo a Elcana, el esposo de Ana, quien, ante la infelicidad de su esposa por no poder tener hijos, le pregunta tiernamente si acaso su amor hacia ella no le basta. Pero, es José, el esposo de María, quizás el hombre más considerado de todos. Él nunca quiso poner en evidencia el embarazo de su prometida, más bien buscó protegerla de la inclemencia de una sociedad punitiva con las mujeres.

Es que la Palabra es clara cuando dice que el hombre es cabeza del hogar, y que debe amar a su esposa como Cristo amó a Su iglesia, y dio la vida por ella. Una vez le pregunté a Roger si él estaba dispuesto a dar la vida por mí… ¡Por supuesto que me dijo que no! En realidad, no esperaba una respuesta diferente, remilgada, no. Los estándares bíblicos son muy altos y exigentes. Creo también que la sociedad, desde la antigüedad hasta ahora, exige mucho más a los hombres. Ellos a veces llevan una carga muy pesada.

Hoy, Roger y yo vivimos solos en nuestra casa. Ya los hijos se han ido, y ahora nos enfrentamos al nido vacío. Son muchas las lunas que han pasado desde ese día en que nos conocimos. Ayer, Roger estuvo de cumpleaños, y hoy me honra mucho seguir a su lado, y haberlo acompañado en muchas de las etapas de su vida, y las que aún le quedan por vivir. Todavía es ese chico tímido que me enamoró y me amarró a él de manera irremediable. Estoy muy agradecida a él por todo lo que me ha dado, una vida muy acontecida, unos hijos inmejorables, una compañía que ya es indispensable para mí. Espero pasar muuuuchos años más de vida a su lado, para seguir siendo testigo de su paso por este mundo.

¡Feliz cumpleaños, mi querido Roger Adrián! Qué el Señor te bendiga y te guarde siempre. Te amo mucho, y tú lo sabes… Más de lo que puedo expresar.

(Por cierto, Grecia, mi cuñada, sigue igualita… Alegre y reilona. A veces trabajamos juntas, con Roger, el cumpleañero. ¡Gracias, mana!)

Por Francis Sanchez

Hola, soy Francis. Me gusta escribir y creo que lo hago bien. Llevo mucho tiempo escribiendo sobre temas biblicos, ya que trabajo como voluntaria Sociedades Bíblicas Unidas de Venezuela.

Estoy casada y tengo dos hijos adultos. Mi hijo mayor siempre me ha impulsado a escribir y publicar. De hecho, este blog es su regalo de cumpleanos para mi

7 respuestas a «Roger Adrian, un amor que no se apaga»

Y he allí el éxito de una pareja, compromiso, respeto, perdón y comunicación. ….. Dios les siga bendiciendo como pareja…… a Roger, tu príncipe (no encantado) pero si el ideal para ti……feliz cumpleaños!!!!!

Que bonito amor mi querida francis Helena, el amor todo lo puede, Dios siga bendiciendo sus vidas y les llene de mucha salud y paz. Felicidades a ese príncipe azul. Abrazos amada de mi corazón.

Hermosa historia y, no de cuentos de ada, sino real y muy humana, llena de los mejores momentos que puede vivir una pareja: conocerse, enamorarse, hacerse novios, comprometerse en un proyecto de vida juntos aun a pesar de cualquier diferencia, luchar primero por la estabilida y luego por los metas, conseguir algunas y luchar mas por otras. En fin, la dificil pero gratificante tarea de formar una familia y un hogar. Donde ambas cosas no son siempre posibles pero cuando Dios, la comunicacion, la comprensión y el amor siempre es posible cuando hay la voluntad. Bella historia hermana. Felicito a tu esposo y pido a Dios les siga bendiciendo y les de muchos mas años como pareja.

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