(Pero, ¿hasta cuándo sufro, Señor?)
A veces uno no logra entender esta vida… Todos los días suceden cosas que contrarían nuestros propósitos y deseos más íntimos. Esta pandemia y la cuarentena, su consecuencia natural, me han llevado al borde de la desesperanza. La economía mundial está por el suelo, y ni qué decir de nuestra economía local, que ya es inexistente, inorgánica y ficticia. En este momento la vida parece muy injusta, y muchas veces ando por allí, llorando por las esquinas, cual Calimero criollo, sentenciando que todo este 2020 es una injusticia total. En momentos así, uno siente que sufrir más es imposible… Hasta que lees a Job. Es entonces cuando comienzas a ver la vida en hermosos colores pasteles. ¡Ése Job sí que sufrió!
Job es el más antiguo de los libros de la Biblia, donde su personaje central se ubica como contemporáneo a Abraham, unos 2.000 años antes de Cristo. Sin embargo, existe otra postura que establece que Job no existió y que este libro es una composición alegórica y pedagógica de orden existencial que busca reflexionar sobre la soberanía de Dios en cuanto al mundo espiritual y el mundo terrenal, ya que Dios mismo gobierna ambas realidades con absoluta autoridad y libertad.
Sea que creamos que Job es un personaje real o uno alegórico, este detalle no empaña las enseñanzas monumentales de este libro para la humanidad. Como toda composición existencial, Job presenta el sufrimiento humano como problema central. Toda discusión se genera a partir de un muy peculiar diálogo entre Dios y Satanás, donde la vida de Job da un vuelco de 180°, cuando el Señor del universo permite al enemigo atacar el sistema de valores de Job. Para ello, Satanás acaba con la familia de este hombre y además lo hiere con una especie de sarna / lepra que socava su paciencia y lo lleva a probar su fe en Dios.
El libro cuenta con dos capítulos escritos en prosa narrativa: El capítulo 1 (prólogo) relata dos conversaciones entre Dios y Satanás que sientan las bases de la vida de Job y la razón de sus pérdidas y sufrimiento, y el capítulo 42 (epílogo) cierra el libro relatando la manera como Dios restituye con creces todo lo que Job perdió. Los capítulos 2 al 41 están escritos en un estilo lírico-poético, con discursos teológicos-filosóficos-existenciales entre todos los personajes involucrados. Estos personajes son: Job, su esposa, cuatro amigos de Job que ofrecen sus diferentes posiciones ante el sufrimiento (Elifaz, Bildad, Zofar y Eliú) y Dios mismo, soberano, omnipotente, totalmente intimidante en este libro.
Job es un libro de sabiduría. Es un tratado de ética y valores por excelencia que ha maravillado a los eruditos. Su personaje principal muestra una vida espiritual centrada en el único Dios verdadero, soberano y omnipotente, en un mundo eminentemente politeísta. Además, Job demuestra un desarrollo ético muy alto y adelantado para su tiempo: Este hombre tiene conciencia de pecado, conoce el valor de la rectitud, tiene un acertado espíritu de servicio y adoración a Dios, y hace gala de una paciencia y tolerancia al sufrimiento que ya es proverbial. Job es, sin lugar a dudas, una persona de altísima estatura moral y espiritual, además de ser un excelente padre, que siempre ora por sus hijos (ya, con esto último, tiene mi entera admiración).
En contraposición, el libro nos presenta una variedad de personajes que darán voz a las diferentes posiciones teológicas de su tiempo: Si una persona sufre es como consecuencia de sus pecados, la enfermedad física es muestra palpable de una enfermedad espiritual, y Dios tiene razones de sobra para castigar a quienes desafían sus órdenes. Job debe enfrentarse a estas acusaciones, además de soportar las diferentes dolencias emocionales y físicas que lo aquejan.
Pero, más allá de estos personajes, Job nos muestra a Dios inconmensurable, omnipotente, soberano, sabio, autoritativo y misericordioso. A partir de capítulo 38 es Dios quien lleva la voz cantante, y de manera única se revela a un acongojado y confundido Job. El Señor de los cielos y de la tierra toma la palabra para preguntar y responder, para mostrar su grandeza y su amor, y para demostrar a Job que Él no es un dios pequeño, es DIOS único, dueño y Señor de todo lo creado, incluyendo a Job y a sus amigos. Es, por encima de todo, un Dios que controla todo el universo.
Al final, Job debe reconocer que no conocía realmente a Dios, pero, luego de pasar por todas las pruebas que soportó, puede decir con propiedad que sí lo ve y lo conoce, como bien lo dice él mismo en Job 42:5 (“De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven”). Por encima de todas las consideraciones existenciales y filosóficas que contempla este libro, Job quiere resaltar el valor teológico de las pruebas: A través de los reveses de la vida es que el ser humano se encuentra con Dios y le conoce, de manera íntima y personal. Las pruebas son un tratamiento cara a cara de Dios con el hombre, algo que Santiago también trata en su carta universal.
El libro de Job es un tratado de ética cristiana, es prueba fehaciente de la existencia de un mundo espiritual en constante pugna (guerra espiritual), y es un aliciente para el sufrimiento humano. Job contiene enseñanzas valiosísimas que no podemos perder de vista. Estudiar a Job no es tarea fácil, pues nos enfrentamos en él a las grandes preguntas que se ha hecho toda persona desde el principio de los tiempos. Sin embargo, es un texto muy inspirador y hermoso. Será un gran privilegio escuchar a Dios hablando de una manera clara y explícita. Tendremos la oportunidad de dar respuesta a nuestros a nuestras inquietudes en cuanto a las injusticias de la vida, en un tiempo donde todos pasamos por grandes pruebas.
Saquemos partido de este libro con sentido y propósito. Hagamos que Job pueda servir de espejo y enseñanza de qué hacer cuando la vida es injusta, a Quién acudir cuando las cosas no funcionan, y cómo soportar con entereza lo que Dios, u otros, nos tengan reservado. Esta pandemia nos ha enfrentado a la enfermedad, al ocio, al hambre, a una economía tambaleante, y algunas veces, a la muerte misma. Pero si algo nos enseña Job es que Dios tiene control de todo, y tiene un propósito en cada desventura, y aún en cada bendición. En medio de todo esto, ¿a quién más podemos acudir, si no a Dios?
2 respuestas a «El libro de Job: Mis ojos te ven»
Muy acertado este maravilloso comentario con respecto al libro de Job en estos tiempos de pandemia y cuarentena revuelto con el desastre político,que nos ha tocado vivir a los venezolanos. A quien no le ha dado un giro de 180 grado la vida en nuestro país. Es allí donde este maravilloso libro viene a ser un consuelo para todo creyente, y así lograr ver desde otra perspectiva todo lo que nos acontece y más allá, saber que Dios tiene el control sobre toda dificultad que se nos pueda presentar en la vida. Y como lo dijo el mismo Job: «Vamos a recibir las cosas buenas que vienen de Dios y las malas no». Realmente todo procede de Dios,y siempre con un propósito para nuestras vida. Excelente Francis sigue adelante…
Estupendo Helena Dios te siga bendiciendo ese talento tan hermoso que Dios puso en ti, es muy gratificante leer buena literatura, sencilla pero llena de mucho carisma y sabiduría, sigue adelante, no dejes de hacerlo, tienes el talento y lo usas muy bien.