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Avenidas corrientes no tan corrientes

Siempre he sentido que hay algo en Buenos Aires que me gusta. Me gusta tanto que no me gusta que le guste a otras personas. Es un amor así, celoso”. Jorge Luis Borges

Hay lugares famosos por doquier, tan icónicos que ya no pertenecen a nada ni a nadie en particular, ya son del mundo pues. Machu Picchu cerca de Cusco, el Coliseo en Roma, el Cerro de Monserrate en Bogotá, el edificio Empire State en Nueva York, los Campos Elíseos y la Torre Eiffel en París, la Puerta del Sol en Madrid, nuestro Salto Ángel en Canaima son ejemplos perfectos de tales íconos universales y eternos. Buenos Aires no se queda atrás en materia de lugares fijos en la conciencia colectiva mundial, tal es el caso de Microcentro, la Avenida Corrientes y sus adyacencias.

Corrientes es una avenida sumamente larga que cruza varios barrios de Buenos Aires. Comienza en Puerto Madero y termina en el barrio de Chacarita, donde se encuentra el cementerio más grande de la ciudad. La línea B del Subte corre por gran parte de su subsuelo. Su tramo más reconocido y bohemio es el que cruza con la Avenida Callao, lugar donde se encuentran islas con hermosas jardineras que corren a lo largo de la avenida. Allí se encuentra una gran variedad de teatros importantes con igual variedad de propuestas escénicas, con gran cantidad de artistas nacionales que ofrecen espectáculos de música, obras teatrales, stand up comedy, conciertos, cine y pare de contar. Las marquesinas grandes invaden el espacio visual sin permiso alguno, haciendo de ellas un espectáculo ya, en sí mismas.

La propuesta literaria también se hace presente en Corrientes. Allí hay una infinidad de librerías que van desde las más hermosas y elaboradas (donde se puede conseguir lo último de lo último en materia de letras), hasta las más antiguas y populares (donde habitan libros usados con ofertas irresistibles y con una impronta histórica que enamora). Sólo el paseo literario ya da para un día completo. Es que Buenos Aires también es famosa por su vida editorial, por sus letras y también por sus autores. Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Ernesto Sábato, Alfonsina Storni y otros dan fe de una producción literaria alta, ejemplar y universal. Corrientes les rinde homenaje con sus innumerables libros.

Pero el Corrientes más bohemio es famoso por sus muchos restaurantes, cafés, bares y confiterías. Unos locales son muy viejos e históricos y ostentan orgullosos pruebas del paso de icónicos porteños por sus puertas. Carlos Gardel está en cada foto, en cada ventana, en cada una de las historias de ese Buenos Aires de principios del siglo XX que tanto enamoró a América. Es que el Zorzal Criollo, como se le conoció a Gardel, vivía a la vera de Corrientes y fue su vecino más ilustre. Pero la avenida también aloja grandes cadenas de comida rápida, como la pizzería Kentucky, McDonald´s, Burger King y Mostaza (el McDonald´s argentino). En Corrientes lo nuevo y lo viejo se fusionan para hacer de la experiencia algo completamente inolvidable.

Sin embargo, Corrientes es conocido principalmente por un habitante aún más eterno, el Obelisco de Buenos Aires. Su presencia entre las muchas calles es imponente y sempiterna, como símbolo inequívoco de una ciudad que no duerme. Su atisbo en el horizonte porteño ubica al visitante en el lugar “it” por excelencia. Más allá de Corrientes, pasando el Obelisco en dirección oeste – este, se encuentran otros lugares importantísimos del microcentro de Buenos Aires. Tal es el caso del Boulevard Florida y las Plazas Congreso y de Mayo.

Florida es un boulevard de comercio incesante. Lo atraviesan grandes y amplias avenidas y está lleno de kioscos que venden literalmente de todo para quien lo visita, además de tiendas y restaurantes. Es un lugar muy turístico que a mí no me ha parecido gran cosa, la verdad. Allí se pueden conseguir souvenirs a precios altos, con cualquier leyenda que haga alusión a Buenos Aires. La calle peatonal termina en la Plaza General San Martín. Esta vía peatonal tuvo una gran vida en un pasado lleno de opulencia europeizada, acervo histórico que enorgullece a la ciudad.

La Avenida de Mayo une dos plazas sumamente importantes de la capital argentina: La Plaza del Congreso y la Plaza de Mayo. La primera cuenta con el Congreso de la Nación al frente e innumerables monumentos artísticos, como una versión del Pensador que hizo el mismo Rodin para la ciudad. Allí también está la sede de las Madres de Mayo, con su ícono del pañuelo amarrado al cuello por el que son tan reconocidas. A lo largo de la Avenida de Mayo se encuentran edificios maravillosos de un pasado ilustre, como el Palacio Barolo, hermano mucho mejor conservado del Palacio Salvo de Montevideo.

Al final de la Avenida de Mayo, se encuentra la famosa Plaza de Mayo, con la Casa Rosada, sede del gobierno de la nación, al fondo. Esta plaza es una visita obligada en Buenos Aires. Este es el lugar donde las protestas más importantes del país se han llevado a cabo. Aquí es donde las Madres de Mayo parecen tener una presencia permanente, y donde se encuentra un terreno abonado para todo el que quiera elevar su voz en protesta ante cualquier atropello personal o colectivo. Actualmente es escenario de un sentido y controversial homenaje a las víctimas del Covid-19, alrededor de la estatua ecuestre de San Martín. Allí se pueden ver piedras con los nombres de las personas fallecidas. Al frente de Casa Rosada están diferentes organismos indígenas y del LGTBI que increpan, con micrófono en mano, a Alberto Fernández a que se pronuncie por cualquier injusticia que tengan a bien manifestar allí.

Bajo la dictadura de Videla hubo muchos muertos y desaparecidos y la gente protestó, protestó, y protestó. Aún recuerdo a mi madre relatando los acontecimientos terribles de esa dictadura y cómo eso marcó el destino de muchas familias argentinas. Este país ha sido muy sufrido y nunca ha tenido el menor empacho de pronunciarse valientemente ante las injusticias que les ha tocado vivir. Alguien me dijo que el rioplatense suele quejarse de todo. Yo no lo veo así… Simplemente gritan ante el oprobio y la injusticia, por cualquier causa que consideren justa y necesaria. Esa lucha puede ser por los muertos del pasado o del presente, por el derecho a la vida o el derecho a decidir sobre el cuerpo, por el no encierro en pandemia o por el reconocimiento y el derecho a luchar por cualquier cosa legítima o ilegítima, para eso se tiene voz, ¿no? La Avenida de Mayo, que une estas dos plazas tan emblemáticas, se llena de gente que marcha siempre con un propósito.

Buenos Aires es historia, historia de un pasado feliz y complaciente, con repercusiones nacionales e internacionales, con brillo y presencia indiscutibles. También es historia orgullosa y luchadora, que pisotean, pero a la que nunca pueden acallar, por más que lo villanos abusen de su poder e influencia.

Sí, Buenos Aires es pujante y valiente, divertida y sufrida… Todo a la vez.

Por Francis Sanchez

Hola, soy Francis. Me gusta escribir y creo que lo hago bien. Llevo mucho tiempo escribiendo sobre temas biblicos, ya que trabajo como voluntaria Sociedades Bíblicas Unidas de Venezuela.

Estoy casada y tengo dos hijos adultos. Mi hijo mayor siempre me ha impulsado a escribir y publicar. De hecho, este blog es su regalo de cumpleanos para mi

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