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Palabra creativa

Las palabras son todo lo que tenemos”. Samuel Beckett

Un amigo me invitó a conformar un equipo de trabajo en un proyecto que tiene que crear para la organización en la cual labora con un muy importante cargo. Mi trabajo sencillamente es servir de relatora, yo soy la memoria escrita del equipo. Yo debo registrar todo lo discutido y acordado en las reuniones, además de redactar las cartas que se requieran, en español y en inglés. ¿La razón de tal invitación? “Tú, Francis Helena, redactas muy bien y tienes una buena capacidad narrativa”. Mmmm… no sé.

El caso es que acepté entrar a su equipo, más por ser su amiga que por mis cualidades. Hemos tenido ya dos reuniones por ZOOM, donde he llevado las minutas con una fidelidad mnemotécnica decente… Este lunes llegó el momento de redactar 2 cartas, cada una en español y en inglés. Bueno, ¡me llevó 5 horas escribir las fulanas cartas! Fue una verdadera locura… Me costó mucho organizar mi mente para redactar en español, y luego, la traducción al inglés no fue nada fácil. Imaginaba a mi amigo esperando sus cartas con cargada desesperación.

Luego, a las 3:00 pm, después de almorzar y descansar un poco, me senté en la computadora dispuesta a escribir la publicación que salió este martes en el blog. ¿Saben qué? Escribí 3 páginas de unas 800 palabras en una hora. ¿Cómo se explica esto? Fácil… Si tienes algo que decir, escribirlo es sólo coser y cantar. ¿Por qué me costó tanto redactar las cartas de mi amigo? Primero, porque escribir cartas requiere de cierta capacidad de síntesis, además de alguna formalidad. Segundo, yo no tenía nada que decir allí, las cartas eran de mi amigo, él sabía muy bien lo que quería decir, yo no estaba muy clara que digamos.

Escribir es un acto creativo muy personal, y tener algo que decir y querer compartirlo es vital, es realmente el primer requisito. Cuando se escribe, uno debe estar dispuesto a vaciar su parecer, su punto de vista en ese texto, eso es lo que lo hace personal y muchas veces íntimo. Y no se requiere de una personalidad burbujeante y abierta. Muchos escritores se escudan detrás de sus palabras para expresarse sin tapujos y a placer. Abrir el alma requiere de valentía, pero también de humildad, porque lo que se comparte no siempre es hermoso y puede que no sea muy lindo para la vista pública. Sin embargo, estos textos de tipo intimista son los más placenteros, los más refrescantes. ¿Por qué? Pues porque nos permiten escuchar la voz de quien escribe.

¿Cómo que se “escucha la voz” del escritor? Sí, cuando se escribe de manera personal y abierta, se puede escuchar la voz del escritor. ¿Acaso no percibes la voz de Dios cuando lees la Biblia? Y no sólo es Su voz sino también la del escritor humano que redactó el texto. En el camino a Emaús, los discípulos sintieron arder su corazón cuando escuchaban las palabras de Jesús… Sabían de alguna manera que ese señor que les acompañaba era alguien especial. Luego supieron que era el Señor. Cuando leemos las cartas de Pablo tenemos acceso a su personalidad, fuerte y decidida. Cuando leemos los salmos de David percibimos su corazón adorando y también su melancolía.

Esta “voz” del escritor tiene mucho que ver con el estilo propio. Cuando se escribe, se desarrolla ese estilo, que no es otra cosa que una manera muy particular de expresar lo que se quiere decir. Nadie más puede vaciar sus pensamientos en palabras de la manera como tú decides hacerlo. Por eso es que escribir es un acto de creación personal. Escribir entraña compartir tu punto de vista sobre un tema en particular, usando tus propias palabras, creando un texto tuyo, desde la nada. Siendo así, la copia y el plagio no tienen cabida. No importa si es un ensayo, una entrada en tu diario devocional, o cualquier otro tipo de texto, lo que se escribe debe ser una creación propia, con voz y estilo propios.

Muchas personas que tienen acceso a este blog comentan que leer lo que escribo es como estar sentados conmigo, en una plática amena, con un té de por medio. ¿Sabes por qué se sienten así? Porque me conocen, porque han conversado conmigo, porque han escuchado mi parecer sobre muchas cosas en persona. Sí, soy una mujer con opiniones fuertes y firmes sobre muchas cosas. Quien me conoce sabe que soy así. Mis escritos conservan ese mismo tono, la misma cadencia y urgencia de mis opiniones. Es que no puedo dejar de ser quien soy… por más que quiera, que no quiero, no.

Pero, la cosa no es opinar por opinar, sin ningún fundamento. Este blog es bíblico porque el tema me apasiona, y lo conozco bien. Si mi esposo escribiera, lo haría de política y el acontecer venezolano, porque el tema, más que apasionarle le atormenta, en realidad. Mi hijo Roger Andrés escribe un blog sobre cómo soluciona los problemas de programación en su trabajo, porque el chico es un taco en eso, pues.

Para escribir con fundamento hay que tener un criterio muy bien formado de lo que se quiere compartir en forma escrita. Formar un criterio claro y firme requiere de conocimiento, investigación, razonamiento, y debate, lo que no es fácil, la verdad. La mayoría de los ensayos necesitan del auxilio de una lectura formativa, una investigación organizada y un hilo de pensamiento bien estructurado. Lo que publico en este blog suelen ser ensayos cortos, muy personales, muy míos. No sabría hacerlo de otra manera. Pero no salen de la nada. Son producto de un criterio formado tras muchos años de trabajo.

Este blog ha sido una gran bendición en mi vida. Me he divertido un montón compartiendo tantas cosas que pasan por mis lecturas bíblicas, por mi cabeza que bulle con ideas. Es una de las actividades más placenteras de mi semana habitual. Porque es que escribir es un placer, aunque a veces sea un quebradero de cabeza, porque algunos días no se tiene nada valioso que compartir.

Al menos escribir mi blog es infinitamente más fácil que escribir cartas. ¡Esas me hacen salir canas verdes! Pero también son cosas que se hacen por amor a los amigos.

Por Francis Sanchez

Hola, soy Francis. Me gusta escribir y creo que lo hago bien. Llevo mucho tiempo escribiendo sobre temas biblicos, ya que trabajo como voluntaria Sociedades Bíblicas Unidas de Venezuela.

Estoy casada y tengo dos hijos adultos. Mi hijo mayor siempre me ha impulsado a escribir y publicar. De hecho, este blog es su regalo de cumpleanos para mi

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