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Súper Fe en pandemia

Lo que hoy voy a compartir no busca criticar a ninguna iglesia, organización religiosa, pastor, sacerdote o líder. Ni siquiera sé cómo lo voy a desarrollar, porque mis ideas aún las encuentro desordenadas en mi cabeza. Pero, esto que voy a intentar plasmar aquí ya lo he discutido tanto, ha dado tantas vueltas en mi mente, que creo que si no lo expreso voy a explotar. Así que puedes considerarlo una catarsis. Esto de hoy es muy, pero muy personal. Tiene base bíblica, pero seguramente la usaré sin referencias, de manera suelta, sin rigurosidad, pues. Si no estás de acuerdo conmigo, cosa que no me extrañaría, tienes una casilla de comentarios que puedes usar con libertad. Si estás de acuerdo, puedes también expresarlo allí. Bueno, aquí voy…

La pandemia es una situación totalmente nueva para todos. Nadie tiene experiencia en esto de la distancia social, estamos tan acostumbrados a tocarnos, a ser cercanos, a violar el espacio personal de todos… Somos latinos y no sabemos cómo evitar ese contacto tan nuestro. Pero, el caso es que aquí estamos, obligados a cambiar nuestra cultural social y, de más está decir, todo esto ha sido muy difícil de asimilar. Realmente, a más de un año de pandemia, aún no sabemos cómo comportarnos con propiedad, para no contagiarnos del malvado y mortífero COVID-19.

Durante todo este tiempo, las actividades multitudinarias han sido prohibidas, o controladas en cuanto al aforo, la distancia y el propósito. Y en este control han caído las actividades religiosas dominicales. Sencillamente no se puede asistir a las iglesias. Todos los gremios y las organizaciones denominacionales han normado este tipo de actividades, y los feligreses han cumplido, en uno u otro grado, con estas disposiciones.

Sin embargo, los pastores y los sacerdotes han visto con preocupación, genuina por demás, la prohibición de asistencia a sus iglesias. Encuentran que esos feligreses, que eran asiduos a las actividades religiosas, pueden perderse en el marasmo de este mundo, en medio de esta pandemia tan incómoda e inadecuada. Y entonces comienza la invitación subversiva a las iglesias. Sí, subversiva. Porque es que, repito, no se puede ni se debe asistir a las iglesias. Pero, aun así, la gente comienza a asistir, animada por sus pastores, y por el tedio de tener meses y meses en casa.

Aunado a todo esto, comienza una proliferación de teorías conspiratorias con respecto a la pandemia y a su relación, completamente errática, al fin del mundo y al Nuevo Orden Mundial. Muchos pastores predican la creación del COVID-19 como vía de control de masas, y algunos niegan la realidad letal del virus. Ante la posibilidad cierta de una vacuna, totalmente necesaria y realmente urgente, muchos de estos líderes religiosos relacionan la vacunación con la marca de la bestia, y emprenden una campaña de desprestigio, pidiendo a todos los creyentes a no aceptar la vacuna, y a resistirse a todos estos hechos “claramente” escatológicos. Y así, comienza a entrar un concepto nuevo en la mente de todos estos pastores y de sus feligreses… Estos tiempos tan duros requieren, no de fe, sino de una “súper fe”.

Todo este preámbulo no es la narración de hechos aislados, o de una iglesia en específico. Esto de la súper fe es un fenómeno que está sucediendo en muchas partes. He hablado con algunos pastores aquí y fuera de Venezuela, con algunos hermanos en la fe, he escuchado algunas predicaciones online, y todo parece indicar que la súper fe ha llegado para quedarse, instalada entre nosotros, pegadita, sin ningún respeto a la distancia social o a una postura bíblica acertada.

¿Qué es la súper fe? Aparentemente es esa confianza en Dios, totalmente exacerbada por el peligro que ha supuesto la pandemia. Es esa seguridad de que Dios librará a los suyos del flagelo de este virus, amparados en el Salmo 91. La súper fe me dice, con mucha certeza, que yo puedo ser liviana en el cumplimiento de los protocolos de salud en cuanto al COVID-19 porque Dios es mi Protector, es mi Doctor, Él no me va a dejar perecer… A ver, vamos a desglosar esto un poco.

El Salmo 91 sí es cierto que habla de protección divina en medio de las adversidades y la maldad, pero no podemos estirar la Biblia con la elasticidad de una súper hermenéutica, diseñada para nuestra conveniencia. Dios sí es nuestro Protector y Doctor, Él nos cuida con amor tierno, y ve por cada una de nuestras necesidades. Pero, Dios nunca auparía una conducta rebelde e imprudente de nuestra parte.

Todo el protocolo de salud en medio de pandemias ha sido diseñado por doctores y científicos que saben cómo frenar la propagación de un virus letal. Ellos saben que mucha gente va a morir, eso es inevitable. Pero, también saben que, con el debido cuidado, muchos pueden evitar el contagio. Acatar las órdenes de los organismos internacionales es obediencia a la autoridad… Y ya sabemos lo mucho que a Dios le agrada la obediencia. Además, por Su Palabra sabemos que Él es el que pone reyes y gobernantes. Sí, Dios está detrás de toda autoridad terrenal. Nuestro gobierno se ha pronunciado al respecto, creando una fórmula 7×7 que parece tener sentido… ¿De verdad nos conviene desacatar las órdenes de salud pública en un país como éste, donde el sistema de salud está colapsado?

A Dios no le agrada la rebeldía, ni la desobediencia, ni la imprudencia, ni tampoco la falta de sentido común. Yo creo que es un error pedir a los creyentes que confíen en Dios amparados en conductas que están claramente desafiando la naturaleza divina. Los cristianos estamos llamados a creer EN Dios para salvación (Efesios 2:8), y a creer A Dios para nuestro diario vivir en este mundo (Hebreos 11). Estos dos tipos de fe son dados por el Señor, no son innatas ni le pertenecen a la humanidad caída. El uso de esos dos tipos de fe debe ser adecuada, bíblicamente orientada, y para beneficio del portador, el creyente en Cristo.

Manipular esta fe, convirtiéndola en una súper fe, con un manto extra de santidad, va en detrimento del cristiano. Predicar la súper fe en medio de la pandemia es poner en peligro la integridad física y espiritual de los feligreses. Más aun, acusar de faltos de fe a aquellos creyentes que prudentemente se cuidan de ser contagiados es completamente anti bíblico y viciado. El libro de Proverbios habla de prudencia a lo largo y ancho de sus páginas… Yo creo que a Dios no le agrada este tipo de súper fe. Es que ella parece no estar alineada con Él.

Como te dije, esta es mi opinión personal, y créeme, he reflexionado mucho sobre este asunto. Esta pandemia hace un llamado a gritos a ser precavidos, a cuidarnos unos a otros, a vacunarnos por el bien de todos, y a mirar el asunto sin pasión, y sin espiritualizar lo que no es espiritual. El COVID-19 nada tiene que ver con escatología. Puede que el fin esté cerca, pero más cerca estará si no nos cuidamos.

Y tú, ¿qué opinas de todo esto?

Por Francis Sanchez

Hola, soy Francis. Me gusta escribir y creo que lo hago bien. Llevo mucho tiempo escribiendo sobre temas biblicos, ya que trabajo como voluntaria Sociedades Bíblicas Unidas de Venezuela.

Estoy casada y tengo dos hijos adultos. Mi hijo mayor siempre me ha impulsado a escribir y publicar. De hecho, este blog es su regalo de cumpleanos para mi

4 respuestas a «Súper Fe en pandemia»

Completamente de acuerdo. Como médico he visto tanta controversia a nivel mundial en cuanto a tto y manejo de este virus que como dices es mortal, no solo porque muchos han muerto a consecuencia del virus sino porque deja muchas secuelas que aún no conocemos la magnitud. Pero si hay algo en que todos mantienen un acuerdo, y los que no están de acuerdo ninguno se atreve a decir que no se cumpla, son las medidas preventivas que ya todos conocemos. Como médico creo que Dios usa la ciencia como un instrumento para manifestar su poder y cuidado con nosotros. Para mi la fe está conectada a la obediencia y la prudencia es parte de la sabiduría y la sabiduria es el temor a Dios. Gracias por tu reflexión. Has expresado mi sentir. Dios te bendiga

Ya sabemos que el menos común de los sentidos es el sentido común, en toda esfera humana. Sumemos la sobreabundancia de teorías conspiranoicas en redes sociales, y tendremos una muy peligrosa combinación, mas bien mortal….Dios nos ama, y desea nos preservemos, nos cuidemos. Este escrito creo contribuye a ello, contribuye con la sensatez, por lo que estoy agradecida.

Ya conoces mí punto de vista al respecto. Lo hemos hablado hasta el cansancio y hasta me atreví a hacer un escrito dirigido a las iglesias que lo titulé *un pasaporte a conveniencia* donde llamaba a la reflexión y aseveraba con respecto al uso de ciertos pasajes de la Biblia, a conveniencia, para justificar la desobediencia y subversión a las autoridades terrenales, olvidando u obviando aquellos pasajes como Romanos 13.1, el cual nos insta al apego a las autoridades terrenales porque todas son puestas por Dios.
Eso de la » Súper fe» es el tema que está en el tapete a nivel espiritual, aunque todavía no he visto el granito de mostaza entre mis hermano…

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