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Exegesis

Esdras: Mujeres anónimas e invisibles (Parte 1)

¡Hola! Hoy te traigo una exegesis, parecida a la de David y Betsabé, ¿la recuerdas? (Una exegesis es un análisis del texto por medio de preguntas) Esta es sobre un episodio particular de Esdras (capítulos 9 y 10), un libro histórico de la Biblia. Vamos a ver qué te parece…

Dios es santo, así lo repite Levíticos sin parar. Y como Él es santo, así espera que sea Su pueblo. Esta santidad es más que apartarse y ser puro, implica estirpe, genética, origen. ¡Qué difícil fue para el pueblo de Israel entenderlo! Esto causó tantos sinsabores a Dios… Nunca entendieron las implicaciones de la santidad, nunca entendieron la ira que resultaba de la violación a esa santidad, jamás vieron el amor detrás de esa ira santa.

Pero también el Señor es un Dios muy paciente. Paciente para esperar el desarrollo del ser humano en todos sus ámbitos. Él estableció 10 mandamientos para que Su pueblo y el resto de la humanidad pudieran seguir altos estándares de moral y ética, estándares estos que buscaban el reconocimiento a Su Persona, primeramente, y luego el reconocimiento y respeto del prójimo, en una coordinación perfecta de armonía y propósito. De esas 10 reglas se desprendieron unas 600 más, gracias a que el hombre comienza a regular su relación con los 2 actores involucrados: Dios y sociedad. Deuteronomio y Levítico son los registros más completos de este original código civil.

Pero, como ya dijimos, el establecer leyes divinas no necesariamente produce ciudadanos fieles observantes de esas leyes. Es que el hombre desarrolló su capacidad de entender el bien y el mal mucho después de la confección de todas esas leyes. Dios debió esperar por el desarrollo consciente de la moral y la ética en el ser humano. Es por ello que el libro de Job es tan sorprendente… La ética expuesta en sus páginas no tenía parangón en la vida cotidiana de su tiempo.

Una de las reglas más elementales de la hermenéutica establece que no podemos juzgar a las civilizaciones pasadas con los parámetros y la visión de la civilización actual, simplemente no es justo ni acertado. En literatura, cuando se interpreta un texto, debe mirarse su contexto cultural de manera desapasionada, con ánimo descriptivo más que evaluativo. Al pasearse por los relatos históricos del Antiguo Testamento debemos contener nuestros impulsos llenos de juicio, so pena de violar las leyes universales que nos enseñó Hérmes, el dios mensajero.

Hoy, quiero animarte a leer Esdras adentrándome en los capítulos 9 y 10 de ese libro, tratando de no perder de vista los principios y conceptos arriba expuestos. Este pasaje promete desafiar nuestra moral más básica y nos obligará a buscar el propósito que el Autor divino quiere establecer.

Israel viene de sufrir un proceso de dominio y cautiverio por parte de Babilonia y Persia. El rey Ciro, el ungido del Señor como lo llaman algunos profetas, permitió la salida del pueblo de Israel de territorio persa después de años y años de sometimiento y esclavitud. Extrañamente, en medio del ambiente extranjero y pagano circundante, el pueblo de Dios volvió a sus raíces y se apegó con nuevas fuerzas y renovado ímpetu a la religión de su Dios. Entendieron que las costumbres y la cultura del imperio que los subyugaba los alejaba de Dios, se dieron cuenta, en medio de tanta idolatría, que el Señor no era un dios pequeño vestido de oropel, sino el Dios de los Ejércitos, a quien ellos le habían dado la espalda durante la época gloriosa de los monarcas de Israel y Judá.

Ahora Israel, quien posee una gran capacidad de resiliencia, se enfrenta al reto, para muchos desalentador, de regresar al territorio que su Dios le dio poderosamente, en un pasado mucho más alentador y prometedor que el presente. No todos quieren hacerlo, algunos no desean perder la comodidad de sus hogares en una tierra que ya no les es ajena. Otros tantos se embarcan en la aventura, no sabiendo a ciencia cierta que les depara el futuro.

Es en este momento que encontramos a Esdras, ortodoxo escriba para los asuntos judíos ante el rey de Persia. Él se erigió como el líder que logró preservar el judaísmo y el verdadero carácter del pueblo de Dios en medio de la incertidumbre y el desasosiego. Él conduce una de las tres oleadas de exiliados a la tierra de Canaán, organiza el regreso a Jerusalén, reconstruye un segundo templo más modesto, pero igual de importante, y se dedica a reavivar los valores judíos en medio de desterrados que ya no saben con certeza quienes son.

Todo caminaba tal como estaba previsto… La misión de Esdras no supone grandes problemas… Hasta que se entera por boca de los líderes o príncipes del pueblo que entre los sacerdotes y demás hombres judíos traídos de Persia hay algunos que aún están unidos a otros pueblos paganos por medio de la institución del matrimonio. Muchos hombres se casaron con mujeres extranjeras… Al oír esto, Esdras reacciona de manera muy apasionada. El texto bíblico dice claramente que, en su desesperación, ¡este hombre se arranca los pelos de la cabeza y de la barba! ¿Por qué reacciona de esa manera tan extrema?

Una de las razones que desencadenó la caída de la monarquía judía fue el empeño de sus reyes de establecer alianzas matrimoniales estratégicas con países circunvecinos que, a la postre terminaban imponiendo su cultura, su idiosincrasia y su religión. Como castigo a su desobediencia y pecado, Dios los entregó a sus enemigos, con las consecuencias de destierro, esclavitud y dominio que ya conocemos.

El pobre Esdras no puede sencillamente creer que después de tanto tiempo, de tanta historia aleccionadora, el pueblo aún no aprenda la lección. Debió sentir que su trabajo no tenía valor, que estaba arando en el mar, que estaba con un pueblo demasiado tonto, obstinado y obtuso. ¿Acaso no recordaban que Dios les había prohibido hacer votos matrimoniales con extranjeros? ¿No les había dado Dios suficientes razones para no hacerlo? ¿No había tomado Dios esta decisión basado en Su santidad? La frustración de Esdras parece no tener límites…

Muy bien… el asunto es serio. Una vez más el pueblo ha desobedecido a Dios, y su líder está francamente asustado ante las consecuencias del pecado, ¡las conocía muy bien! Estaba especialmente consternado por la participación de los sacerdotes de Dios…

Inmediatamente ora al Señor y le expone el caso. Seguidamente ordena una investigación para determinar cuántos hombres se encuentran en esta situación y evaluar el estado religioso de la familia (no podemos abandonar la posibilidad de que algunas mujeres hubiesen adoptado al Señor como su Dios). ¡Este proceso duró tres meses!, al final de los cuales las mujeres fueron expulsadas junto con sus hijos, no sin antes arrancar llanto de arrepentimiento a Dios por parte de los hombres desobedientes… Y, colorín colorado el libro de Esdras ha terminado…

¿Qué te pareció? La semana que viene te mando la parte final de esta exegesis…

Por Francis Sanchez

Hola, soy Francis. Me gusta escribir y creo que lo hago bien. Llevo mucho tiempo escribiendo sobre temas biblicos, ya que trabajo como voluntaria Sociedades Bíblicas Unidas de Venezuela.

Estoy casada y tengo dos hijos adultos. Mi hijo mayor siempre me ha impulsado a escribir y publicar. De hecho, este blog es su regalo de cumpleanos para mi

5 respuestas a «Esdras: Mujeres anónimas e invisibles (Parte 1)»

Muy bueno Helena me encanta, tu manera de contar esas historias, porque me introducen en ella y me paseo junto a Esdras y lo veo arrancarse el cabello, pobrecito!! Estaba lleno de mucha impotencia…pero el sabía que el pueblo de Dios siempre fue rebelde duro de corazón, como le ha costado al Señor lidiar con el pueblo de Israel!! Y todavía sigue amandolos, son sus preferidos. Gracias Helena me gustó mucho.

Hola Helena es una lectura muy fascinante me encantan tus relatos la verdad los disfruto y me instruyó en el conocimiento divino y puedo ver cuán grande es el amor de nuestro padre. Alabado sea Dios por los siglos de los siglos. Amén

Para Dios no hay escondite imposible y él saca, de una u otra forma, todo a la luz pública; en este caso hizo que Esdras se enterará de lo que estaba aconteciendo con los sacerdotes y sus vidas maritales fuera de la ley. Maravillosa exégesis Francis y como todos los libros de la biblia, una gran enseñanza aplicable al pueblo de Dios actual a pesar de los tiempos tan distintos. Dtb

Debo dar gracias a Dios por tu vida Helenita, y reconocer en ti tanta sabiduría dada por Dios para ser portadora ante su pueblo escogido, cual sea su voluntad, ayudándonos a reconocer a un Dios celoso que espera de su pueblo adopte una sola condición de vida, que nos lleve a un solo fin (nuestra adoración solo a El). Vemos en ésta exposicion que, ser un pueblo rebelde no tienen funcionalidad en los propósitos del Señor, quien espera de nosotros nuestra mayor adoracion, como es la obediencia. Gracias amada, excelente exégesis, además expresada de tal manera que inmediatamente nos ubica en el tiempo y dentro del contexto, permitiéndonos alcanzar tu objetivo, como es llevarnos al conocimiento de la verdad expuesta en la mejor literatura que pueda ostentar la más sofisticada biblioteca, como es la palabra de Dios, la cual está acuñada en una pequeña biblioteca representando la más preciosa joya de la literatura universal, como es la inspiración de Dios en ella que orienta, inspira, fortalece y nos da confianza por ser única, real. En ella
no hay aventuras ni ficción, en ella hay sabiduría, alimento espiritual, y nos brinda el más delicioso alimento que se pueda degustar a través de nuestro paso por este peregrinar de vida. Gracias amada e ireemplazable profesora, gracias por impartir y compartir tan valiosos conocimiento de los cuales eres poseedora y transmisora de manera tan especial. Que hermoso es el conocerte y tenerte. Gracias Dios

Interesante estudio del libro de Esdras, para los judios estudiosos que aman las Escrituras se dice que su historia de encuentra a la par con la del rey David en cuanto a su importancia. «Muchos de ellos dicen tambien que si Dios no le hubiera dado la Tora al pueblo judío por medio de Moisés, lo hubiera hecho por Esdras.» ; como una manera de reconocer la importancia de Esdras dentro de la historia Judía.

Excelente análisis Francis.

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