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Roger Andrés, aquel que abre el vientre…

ROGER ANDRÉS, aquel que abriere el vientre…

Aún recuerdo ese miedo tan íntimo, tan dentro de mí, que sentí cuando caí en cuenta que ya era madre. No lo sentí al saberme embarazada, ni durante esas 38 semanas de gestación. Ése miedo entró en mí la primera vez que tuve en los brazos a mi primogénito. Ese peso de responsabilidad, de saber que ése pequeñito e indefenso bebé dependía sólo y exclusivamente de mí, era un sentimiento sobrecogedor. Para el momento, un miedo demasiado grande para una joven de 24 años… (Sí, lo sé. Te ríes de mí… hoy tener un bebé antes de los 15 parece ser una norma a la que nunca me acostumbraré).

Roger Andrés nació un 10 de agosto de 1993, un día martes según recuerdo, a las 2:05 pm. Me cuentan que su padre lloró al verlo, demasiado emocionado de conocer a su primer hijo, quien lo miró con los ojos abiertos de par en par, como queriendo absorberlo todo, rasgo que acompaña a mi hijo hasta el día de hoy. Ese día estaban las abuelas, y mi querida tía Dilia, mis cuñadas, mi hermano… Todos felices, emocionados, llorosos. El primer nieto para mamá y para mis suegros, el primer sobrino de mis cuñadas. El primer hijo para los recién casados… Todo un acontecimiento.

Recuerdo que Roger, de bebé, fue siempre muy enfermizo, siempre afiebrado, con tos. Su pediatra solía jugar, amenazándonos con quitarnos al niño, pues mi inexperiencia como madre primeriza era palpable e inevitable. Jamás había lidiado yo con un bebé, hasta que llegó el mío… Pobre Roger, ¡cómo sufrió! Aún me pregunto cómo es que todo resultó tan bien con ese niño…

Mamá y yo salimos a buscar un kínder para Rogerito cuando apenas cumplía 3 años (para ese entonces ya era el consentido de su abuelo, mi padre, y la delicia de todos… tan vivo, tan inteligente, tan él). Esa búsqueda de colegio fue tan ridículamente exigente, lo recuerdo y me da mucha risa, la seriedad con que escogimos esa escuelita. Años después, Juan Carlos también asistió a ese kínder, sin crisis ni selecciones minuciosas. Ya “Mi Petete” había probado ser una escuela perfecta.

La educación de Roger siempre fue fácil, agradable, llena de matices, de una inteligencia viva, de una curiosidad inagotable. Aprendió a leer con mamá, antes de entrar al preparatorio, y ya en 1er grado, leyó un total de tres libros de lectura inicial, algo que asombró gratamente a su maestra. Roger Andrés siempre se las ha arreglado para saberlo todo, con esas ansias de demostrarlo también, “alzao”, prepotente, sabihondo. Nunca lo vi estudiar exageradamente, pero siempre salía bien en sus estudios. Cuando le pregunté qué quería estudiar en la universidad (mucho antes de terminar el bachillerato) me dijo con excesiva seguridad que él quería ser ingeniero en informática, porque las computadoras son su pasión, porque las ciencias siempre han sido adictivas para él. Y eso estudió, con éxito, y de eso vive, con holgura.

Pero, no te confundas, Roger Andrés no es perfecto… El problema con los primogénitos es que llegan a creer que son los dueños del mundo. Cuando quedé embarazada de Juan Carlos, Roger estaba feliz con la idea de un hermanito. Pero cuando finalmente nació el bebé, ese orgulloso hermano mayor encontró en Juanito el objeto de sus celos y de sus maldades. ¡Roger fue tan malo con su hermano que mi papá amenazó con contratar un sicario, que vengara todo el mal que él le hacía al pequeño! La verdad es que fue una etapa superada, cuando los dos chicos se hicieron amigos, con los juegos, el PlayStation, el compartir en familia, y cuando Juan Carlos creció hasta ser más corpulento e igual de inteligente que Roger Andrés… La vida, y Dios tienen sus maneras de hacer justicia.

En la Biblia, los primogénitos son muy especiales, e igual de egoístas y creídos. La ley divina decía que quien “abriera el vientre de una mujer” debía ser consagrado al Señor, le pertenecía a Dios, pues, y era el único hijo, de toda la prole, que heredaba directamente todo lo que le perteneciera al padre. ¡Imagínate cuántos problemas de celos, y cuántas familias disfuncionales produjo esa ley! El primer hijo era una bendición para su madre, y el orgullo de su padre, pues constituía la continuación del legado paterno. Pero, la carga de ser el hijo mayor no es un asunto exclusivo de la antigüedad… Hasta el día de hoy, el primer hijo tiene un peso en sus hombros, del que los padres nunca estamos conscientes. “¿Cuántas veces te hemos pedido que cuides a tu hermano?” Roger Andrés sabe mucho de eso…

¿Primogénitos famosos en la Biblia? Muchos… Ismael, que no era el hijo de la promesa; Esaú, quien perdió su derecho como un verdadero tonto; Samuel, quien colmó a su madre de alegrías y de oraciones contestadas; Sansón, quien fue fuerte y apasionado; Juan el Bautista, esperado hijo y magnífico profeta; el hermano mayor del descerebrado hijo pródigo, celoso y quejón… Y Jesús, Unigénito Hijo de Dios, hijo de María, obediente a su madre (¡las bodas de Caná!), obediente a Su Padre, hasta la muerte.

Hoy, Roger Andrés ya cuenta con 27 años, es joven, sí, pero ya no es un jovencito. Vive en Montevideo, Uruguay con su novia Valentina, se mudaron a ese país en octubre de 2019. Roger aún juega PlayStation por horas y horas, porque ya, a su edad, no tiene a su mamá que le contabilice y regule las horas de juego. Es fanático de las Ruffles, y se queja amargamente porque parece que por allá no las venden (raro, ¿verdad?). Ambos asisten a una iglesia bautista, y también a misa, bondades de una pareja multi confesional.

Roger ya es mayor, independiente, pero sigue siendo el mismo. Siempre atiende mis llamadas, es tan cercano que a veces creo que aún vive en la misma ciudad que yo. Él es quizás una de las personas que más me ha hecho crecer, como madre, como cristiana, y como incipiente escritora (este blog es su idea y empeño). Roger ve por mis necesidades (comida cuando quiero algo más en la despensa) y mis caprichos (Netflix, Spotify) con amor y responsabilidad (aunque cuando está corto de dinero me prohíbe comprar chocolates, ¡¿cómo se atreve?!). Cuando partió del país me regaló prácticamente todo lo que poseía, ahora mi casa está llena de sus cosas. Pero, no es su generosidad lo que me anima a amarlo… Roger es mi hijo, fruto de mi vientre, no amarlo es imposible.

Y sí, por supuesto que tiene defectos, pero el lunes fue su cumpleaños, y no me apetece hablar mal de él. Entiéndeme, es mi primogénito.

¡FELÍZ CUMPLEAÑOS, ROGER ANDRÉS! Qué el Señor te bendiga hoy y siempre.

Por Francis Sanchez

Hola, soy Francis. Me gusta escribir y creo que lo hago bien. Llevo mucho tiempo escribiendo sobre temas biblicos, ya que trabajo como voluntaria Sociedades Bíblicas Unidas de Venezuela.

Estoy casada y tengo dos hijos adultos. Mi hijo mayor siempre me ha impulsado a escribir y publicar. De hecho, este blog es su regalo de cumpleanos para mi

10 respuestas a «Roger Andrés, aquel que abre el vientre…»

Hola Helenita, espero que estés bien, fiel seguidora de tus escritos, me encantan, Martín,ni nieto primogénito en todo y por todos lados también cumplió os este lunes, 3 años, si algo bueno fue venir a Chile, es disfrutar de los nietos, el menor, Matteo me tiene derretida,ya verás cuando te lleguen los nietos, recibe un abrazote hermana querida, les recuerdo siempre

Feliz cumpleaños Roger!!! Dios lo bendiga…. un placer conocer a tu primogénito en estas cortas líneas. Y si, tienes razón….¿como se atreve? Jajajajjajajajajajajajjja

Bueno como te darás cuenta vengo leyendo tu blog discúlpame por no hacerlo el mismo día, me he reído mucho, me has recordado también cuando tuve a mis hijos ( muchas emociones). Te felicito lo hiciste bien. Un abrazote y feliz cumpleaños para tu primogénito 💖💝💕💕💕😘😘

Caramba Roger, te comiste la torta calladito, la próxima avisas y ten por seguro que te hago llegar un presente, ya que mi barbero viaja por diferentes países y estoy seguro de pudo haber hecho una escala en Montevideo. Es broma mi amado hermano y fiel compañero de clases, que Dios te continúe bendiciendo grandemente y espero que pases la barrera Cristina y con el mismo vigor y entusiasmo. Y a ti francis por lo que vislumbro, con todo y tus fallas humana, aparte de escribir bien fuiste una abnegada madre. Dios te bendiga…

Me encantan tido lo que escribes, pero hay unos megustan mas, como este. Bello tu hijo y Dios te lo bendiga. Eres tan autentica que me i.agino eres una gran amiga.

Ah, que bonito, que sentido, me has hecho recordar a mi negra. Mi primer bebé, a quien le cantaba CURRUCHA…le enviaré esto tan bello que escribiste a mi Rose!

Esta vez si me hiciste llorar!!!! me trasladé completamente a esos días, recordé hasta cuando Roger decía voy a mi petete jajjaja, Dios lo Bendiga grandemente!!!!

Hola Helena, soy fobo te recuerdas? Siempre recuerdo ese bonito episodio en casas del Sol, cuando Roger me llamaba voz en cuello, fobo, fobo y reiamos muchísimo Cristina y mis hijas, jajaja se preguntaban el porque de ese nombre ? qué recuerdos tan lindos, esta muy bueno tu relato de Róger Andres, Dios lo bendiga muchísimo, lo recuerdo cómo si fuera hoy, el es muy parecido a ti Helena, eso del sicario me hizo reir mucho se va a r caer de panza cuando vea este comentario.

Que hermoso recuerdo!! Francis, leí tu historia con Melissa y las dos lloramos con nuestros propios recuerdos, pero a medida que íbamos adentrandonos en la lectura mis tristes recuerdos se fueron dicipando, porque los tuyos fueron tan entretenidos y la razón fundamental es por la manera tan jocosa con que cuentas las cosas. Gracias a Dios porque de Él son los éxitos y el aprendizaje de los hijos.
Gracias por compartir la bella historia de tu hijo Roger.

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