“La Biblia es una especie de espejo o parámetro a través del cual la comunidad se mira y se interpreta a sí misma; es una fuente de autoridad y un criterio de verdad”.
Samuel Almada
Los principios son reglas o normas que orientan la acción de un ser humano. Todas las disciplinas del conocimiento son conducidas por un cuerpo rector y filosófico de principios. La hermenéutica, especialmente la bíblica, no escapa de esta realidad. Estos principios permiten al exégeta e interprete mantenerse dentro de los contornos doctrinales y filosóficos de la Palabra de Dios, para no traicionar los fundamentos de la fe. Auxilian al lector acucioso en su búsqueda de la verdad teológica, expresada en un lenguaje diseñado para el consumo humano. Visto así, un exégeta respetuoso de los principios hermenéuticos es como un escolar que reconoce la importancia de respetar los contornos de un dibujo cuando lo está coloreando.
Parece no haber un acuerdo general en cuanto al número de principios hermenéuticos. Algunos autores hablan en síntesis de cuatro, otros de hasta doce principios. Aquí voy a desarrollar 10 de los que considero más importantes. Están enlistados de manera concatenada, donde cada uno es la base del siguiente.
El Principio Teológicoes el que establece que el Autor intelectual de la Biblia es Dios y todo gira en torno a sus motivaciones de comunicación y redención. Las Escrituras presentan de manera inequívoca el punto de vista de Dios en todos los asuntos. La Biblia refleja fielmente Su voluntad y Su pensamiento. Muchos de los giros narrativos y los énfasis de sus palabras responden a la visión de Dios y a Su propósito. Su centralidad divina es de esperarse ya que la Biblia recoge Su obra y Su relación con la humanidad. Cuando se lee el texto bíblico, es importante observar a Dios actuando en sus páginas, y también es útil notar Sus silencios y ausencias. Por ejemplo, en el episodio de Saúl consultando la hechicera de Endor, Dios no emite palabra en el relato, está ausente. Eso dice mucho del disgusto de Dios por la consulta a muertos. Todo lector atento debe aprender a seguir y analizar el comportamiento de Dios en las Escrituras
El Principio Cristológico dice que Cristo es la persona central del texto bíblico. Todo en la Biblia gira en torno a Él, porque la Biblia es un testimonio de amor y redención, y Cristo es la encarnación y la expresión de ese amor y esa redención. El AT está lleno de Aquel que es el resplandor de la gloria de Dios, y donde habita toda Su plenitud. Éxodo habla veladamente de Cristo a lo largo de todos sus relatos, y Juan los recoge y referencia en su evangelio. Todo el propósito divino está enfocado en Cristo, todo ministerio de los ángeles está concentrada en Cristo, todo el odio de Satanás converge contra Cristo, toda esperanza humana está depositada en Cristo, toda la Palabra de Dios enfoca a Cristo. Una sana Cristología garantiza una sana hermenéutica.
El Principio Pneumático asegura que,en la interpretación bíblica, la asistencia del Espíritu Santo es fundamental. Esto hace de la lectura activa de la Biblia una labor única, que no se ve en ningún otro tipo de literatura. El Paracleto guía e ilumina en la tarea hermenéutica para entender todas las implicaciones y aplicaciones de la Palabra de Dios a la vida de quien la lee e interpreta su mensaje. En este sentido, el lector e interprete necesariamente debe ser un creyente donde habite el Espíritu Santo.
El Principio de Fe sabe quepor fe entendemos que la Biblia está inspirada por Dios y es Su Palabra. No podemos acercarnos al texto bíblico si no comprendemos este principio fundamental. La Biblia misma dice que “toda la Escritura es inspirada por Dios”. Esto asegura la firmeza del principio teológico. Nadie puede acercarse de manera crítica al texto bíblico sin comprender, respetar y arropar este principio, pues él permite el enfoque correcto en cuanto al Autor, el Ejecutor y el Iluminador de la voluntad de Dios para el Hombre. Irrespetar este principio supondría una herejía total e inaceptable.
El Principio de la Doble Naturaleza de las Escrituras reconoce que,así como en Cristo se encuentran dos naturalezas plenas, la divina y la humana, la Biblia como libro es el resultado de la expresión de la voluntad y el pensamiento de Dios, presentado en un lenguaje humano preparado para el consumo del hombre, a quien Dios quiere alcanzar amparado en Su amor. Dios es el Autor indiscutible, pero el texto cuenta con una cuarentena de autores humanos que enriquecen y facilitan la lectura de ese texto. La intervención humana en la confección bíblica supone un reto para el lector inteligente. El estudio de los géneros literarios y de la cultura se hace necesario precisamente por este principio.
El Principio de la Revelación Progresiva reconoce que recoger el pensamiento y la voluntad de Dios infinito, con Su plan de redención amparado por Su Hijo, que se encarna para morir por la humanidad perdida, parece algo difícil de digerir para la mente humana, finita. Es por eso que ese plan de salvación que encuentra su consumación en Cristo se asoma, se muestra poco a poco, de manera progresiva, como para no indigestar la mente del oyente o el lector crítico. Dentro de la labor hermenéutica está el buscar los elementos que presagian ese plan en el AT y su cumplimiento en el NT.
El Principio del Contexto establece queun texto sin contexto no es más que un pretexto. Todo texto tiene una periferia que lo rodea, que enriquece y aclara su significado. Cuando se lee y se investiga, es preciso examinar qué está antes y después del texto. Esto ayuda a entender qué está sucediendo en el pasaje y cuál es la intención primaria del autor. Por ejemplo, la parábola de los talentos suele usarse como principio bíblico administrativo, en la mayordomía cristiana, pero, en realidad, si se revisa su contexto se pude ver que la parábola pertenece a un conjunto de pasajes sobre el fin del mundo. Nada tiene que ver con la administración. Mirar el contexto con atención permite este tipo de análisis.
El Principio de la Argumentación por Contexto Histórico es un principio que se desprende del anterior. Trabajar con el contexto histórico aporta una comprensión completa al tema o narración que se esté estudiando exegéticamente. Todo texto literario se da lugar en un espacio histórico y cultural determinado. No existe tal cosa como un vacío cultural. Esto incluye no sólo las circunstancias histórico-culturales del autor humano, sino también el período histórico y cultural donde su texto está inmerso. Estudiar las circunstancias que permean un pasaje completa y profundiza la exegesis y permite una interpretación y una aplicación adecuada al lector de hoy.
El Principio de la no Contradicción es un principio que tiene que ver con la inerrancia de la Biblia. Las Escrituras no se equivocan, pues constituyen una unidad temática perfecta. La veracidad y la fidelidad de Dios es la garantía de que Él no propondrá ningún pasaje en Su Palabra que contradiga otro pasaje. Estar consciente de este principio y respetarlo nos permite ver las aparentes incongruencias con un ojo crítico, entendiendo que, muchas veces, las contradicciones históricas responden a aproximaciones o errores de los autores humanos, o a las muchas variantes que presenta el texto. Es importante saber que estos “errores” nunca comprometen la integridad doctrinal de la Biblia.
El Principio del Sentido Crítico se complace en saber que la Palabra de Dios es tan perfecta en su composición y sentido que puede “soportar” y más bien favorece la examinación crítica de su texto. La palabra “crítica” ha adquirido una connotación un tanto negativa y de confrontación, pero, en su sentido más primario, hacer crítica comprende un ejercicio de examinación profunda que favorece el entendimiento y la interpretación del texto a estudiar. Dios ha querido preservar su Palabra a lo largo de milenios para que ésta pueda ser trazada con confianza y fe.
Estos principios son la guía y el contorno de una buena, sana y doctrinal lectura, exegesis e interpretación de la Biblia, de la Palabra de Dios, que cuenta la historia de redención de Cristo, con la ayuda espiritual que sólo el Espíritu de Dios puede dar. Esa Palabra que es también humana, pues fue hecha para nosotros, se asoma con cautela para nuestro propio bien, dentro de un contexto humano que logra no contradecirse, y que nos invita a examinarla con confianza y respeto, con ojo crítico y con fe.
¡No hay mejor lectura que ésta!
2 respuestas a «Principios catalizadores»
Estoy de pie y aplaudiendo. Que excelente exposición. Gracias Francys. DIOS te bendiga
Muy buena explicación sobre los principios que deben imperar cuando se lee y estudia las Escrituras. Excelente. Es necesario enseñar estos principios a todo creyente para que puedan captar la sana doctrina y no existan tantas desviaciones locas dentro de las iglesias. Cada uno de nosotros somos responsables, no solo de aplicarlos, sino de transmitirlo a otros. Gracias por instarnos a hacer nuestra parte. Dios te bendiga y te siga usando mi querida hermana Francis