“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche”. 2 Pedro 2:10
Esto de la pandemia ha traído un renovado interés en el fin del mundo. La gente está pendiente de predicciones y predicaciones, que revisan las Escrituras, que hacen cálculos de tiempo, que aseguran que esta es la última generación antes de la segunda venida de Cristo. Por supuesto que todo esto viene por las muchas muertes, producto del Covid-19. La Biblia dice que las plagas y la mortandad son señales del fin, de eso no hay duda… Pero, ¿de verdad estamos llegando al final de todo? Entonces, ¿ya viene Cristo? Y si viene, ¿cómo vendrá, y cuáles son los eventos que sucederán antes y después de su llegada? Bueno, yo les voy a dar mi punto de vista muy personal. Después me dirán si están de acuerdo conmigo o no. La verdad, a mí estas cosas me preocupan muy poco, principalmente porque es muy poco lo que entiendo sobre el tema.
Hay asuntos en los que la Biblia es muy clara, como con la salvación, porque la Palabra de Dios es, ante todo, un testimonio de amor y redención. Pero, si bien el tema se toca amplia y profundamente, su revelación es paulatina, poco a poco, progresiva. Porque es que las cosas de Dios no son fáciles de digerir, por la mente finita del hombre. Entender a Dios no es fácil, yo hasta diría que es imposible. Entonces, Él revela algunas cosas de manera plena, pero en dosis, como para no indigestar. Realmente Dios es comunicativo en cuanto a muchas cosas. Después de todo, Él no tuvo problema alguno en darnos mucho de Sí, como un espíritu para conectarnos con Él, voluntad y libre albedrío para amarlo con libertad y sin ataduras, y una vida plena que refleja su amor por nosotros.
Pero, si bien Dios es abierto y próximo, también es cerrado y distante, por decirlo de alguna manera. En otras palabras, Dios no ha dicho todo, hay cosas que se ha guardado, hay secretos que ha reservado para la eternidad. En Job se puede ver esa cercanía, pero también esa distancia, de un Dios infinito que no lo dice todo. ¿Quién puede comprender todo el universo? ¿Quién sabe a ciencia cierta cómo funcionan las cosas que Él creó? Ciertamente, es mucho lo que la humanidad ha llegado a comprender a través de la ciencia, pero creo que nunca llegaremos a saberlo todo… Porque hay cosas que Dios se reserva para Sí, por Su soberana voluntad.
Bueno, el fin de los tiempos forma parte de los muchos secretos reservados por Dios… Esto no quiere decir que las señales que están en Su Palabra sean mentiras para despistar, no. Las señales están allí, en Daniel, en Mateo, en Lucas, en Apocalipsis, y en otros textos, pero la exposición del tema no es clara, se asoman algunas cosas, pero otras no… La pregunta que ronda en mi cabeza siempre ante este tema es por qué Dios no explicó todo amplia y claramente. Pues, creo que es porque no nos conviene saberlo todo.
¿Te imaginas la locura que supondría saberlo todo, con pelos y señales? Créeme, el frenesí sería insoportable. Si nada sobre el fin es claro, y aun así la gente anda como loca con el tema, imagínate si se supiera todo, fecha, hora, cronograma de eventos, personajes involucrados… No se hablaría de nada más en los noticieros, en los cafés, en las aulas de clase. Sería aún peor que saber el día y la hora de la propia muerte. Saber esto, y lo otro no nos dejaría vivir la vida que Dios ha reservado para cada uno de nosotros.
El tiempo (kronos) como lo conocemos es de invención humana. La manera como calculamos ese tiempo obedece a los ciclos de los astros y a los movimientos de la tierra. Pero hay un tiempo que sólo Dios conoce y maneja (kairos) que no se rige bajo conceptos humanos, sino por esquemas divinos. ¿Podemos determinar, por más que queramos, el momento o el espacio de tiempo en el fin del mundo sucederá? Creo que no… Las señales están dadas en las Escrituras para que estemos atentos a ellas y nos preparemos adecuadamente.
¿Todo esto quiere decir que debemos prepararnos para el fin? ¡Por supuesto que sí! La Palabra nos insta que estemos preparados, como las vírgenes que tenían sus lámparas llenas de aceite cuando llegó el Novio. Y estar preparados implica haber tomado la decisión correcta con respecto al Señor Jesucristo. Estar preparados también entraña llevar una vida de santidad, y además tiene que ver con la responsabilidad de hablar de salvación a los perdidos. Si estas tres cosas son una realidad en la vida del creyente, entonces no tiene nada que perder, ni nada que temer.
A lo largo de los tiempos han sucedido una infinidad de eventos que en su momento seguro que dispararon las alarmas y llevaron a la gente a pensar que estaban cerca del fin del mundo. Pandemias ha habido muchas, creo que cada 100 años se presenta una que diezma a gran parte de la población. Terremotos y desastres naturales hay por doquier, las economías mundiales caen como castillos de naipes, los imperios sucumben y el caos impera. ¿Son estos eventos señales del fin? Sí, sí lo son. Pero no creo que eso deba preocuparnos, sino más bien debemos ocuparnos. ¿En qué? Pues, en hablar a todos de Cristo, en llevar vidas santas, en vivir lo mejor que se pueda dadas las circunstancias.
Yo no sé qué va a pasar ni cuándo va a pasar, lo que sí sé es que Cristo viene por Su iglesia, por Su novia. Yo no sé si ya habré partido de este mundo, o si lo veré llegar en toda Su gloria, en las nubes. A mí no me corresponde saberlo. Sólo Dios sabe cómo serán las cosas, sólo el Señor sabe cómo será mi fin y qué me tocará vivir. ¿Que Cristo viene en tres años o en el 2048? No sé, y tampoco me quita el sueño…
Pero, como siempre, la Biblia tiene algo que enseñar… En el primer siglo, después de la ascensión de Jesús, los apóstoles, discípulos, seguidores y creyentes en Jesús quedaron con la idea que el Señor llegaría pronto. Pablo estaba convencido que él vería a Jesús en las nubes y allí se reuniría con Él. Cada carta y escrito del Nuevo Testamento cuenta con impaciencia la pronta venida del Señor, porque así lo entendieron, y así vivieron, esperándole, ansiosos de irse con Él, y abandonar ese mundo de persecución y sufrimiento en el que vivían. Esa llegada que ellos consideraron inminente moldeó sus vidas y su ministerio, e hizo de la predicación de las Buenas Nuevas un asunto de extrema importancia y urgencia.
En tiempos como este, ¿hablamos a otros de la salvación con un sentido de urgencia? ¿O la urgencia que sentimos es porque ya queremos vivir otra realidad? ¿Acaso nuestra motivación a predecir el fin del mundo obedece a un miedo a lo incierto? Si algo nos enseñan los creyentes del Nuevo Testamento es que debemos vivir como si esta misma noche Cristo viniera por nosotros, con la urgencia propia del caso, pero con la confianza que sólo gozan aquellos que están preparados y listos para irse con ÉL.
Y tú, ¿qué opinas tú de todo esto? ¿Estás tú preparado para Su venida?
4 respuestas a «No me preocupa»
Excelente. Como dices el día y la hora no la sabemos, ¿cuando estaremos en la presencia de nuestro Señor? no lo sabemos. Como dice la Palabra será como ladrón en la noche. Pero creo que los eventos históricos que se han venido dando los últimos años desde lel nacimiento de Israel como nación (1948) hasta el día de hoy han sido hechos proféticos que en la Biblia están revelados y que como dices son señales inequívocas de que estamos en los últimos tiempos, que esta es la última generación y que la segunda venida de nuestro Señor está muy cerca. Tampoco es algo que me preocupa pero como dices si debemos ocuparnos y estar preparados. Asegurarnos cada día que su nombre sea glorificado.
Hola mi querida Helena me gusto mucho tu frase donde resumes lo que es la Palabra de Dios,»la Palabra de Dios es, ante todo, un testimonio de amor y redención.» Muy bello y cierto.
En cuanto a preocuparse por saber la fecha y hora, es cierto a los que le amamos y le seguimos, no nos quita el Sueño, pero yo soy del sentir de pablo en cuanto a que me es motivo de gozo, esperanza y motivación sin igual su pronta llegada, la cual como tu escribes «ellos consideraron inminente, y moldeó sus vidas y su ministerio, e hizo de la predicación de las Buenas Nuevas un asunto de extrema importancia y urgencia». Así lo siento yo, y por eso es tan importante enseñar de la palabra para que todos conozcan y nos detectemos en la libertad de su salvación.
Creo que como todo en la Palabra me es importante, ya que nada en ella es un hecho independiente por lo cual les ánimo a estudiar el Apocalipsis el cual además tiene bendición añadida si lo leemos completo. Dios te ayudara por medio del Espíritu Santo a entender según sea el crecimiento que tengamos. Gracias por tan bella reflexión. Y Maranatha! Cristo viene!
Amiga Helena, concuerdo contigo en la importancia de ocuparse en la predicación de las Buenas Nuevas con urgencia y vivir siendo congruente nuestros hechos con la fe que profesamos, antes que preocuparse por el fin de los tiempos… Pero es necesario que el pueblo redimido por el hijo de Dios, conozca por la Palabra del Eterno, los detalles de la segunda venida del Salvador del mundo… Sobretodo por aquel versículo que dice: mi pueblo perece por falta de conocimiento…
En verdad, para que preocuparse o afanarse.? Pues todo está escrito en su palabra, «.Mateo 24:36 «nos habla de ello; solo nos queda estar atentos y preparados, pues no cabe duda en lo que está escrito, donde Jesús les dijo a sus discípulos en el Monte de los Olivos ¡Mirad que nadie os engañe! Haciendo alusión con ello a las muchas cosas que vendrían anunciadas por falsos Profetas y pare de cobrar que otras mentiras anunciarán en nombre del Señor, que confundírian aún a los Cristianos. El Señor fue muy claro en su palabra; Mateo 24:42 y 24:44. De acuerdo contigo Helenita, Dios nos ha dado su amor, su Espíritu y el libre albedrío para que nuestro amor hacia El sea con libertad, sin dar lugar a las ataduras que pongan en duda su ágape amor por nosotros, quienes debemos corresponderle con nuestra mayor adoración que es «NUESTRA OBEDIENCIA», pues lo que El nos ha mostrado, debe ser suficiente, nada nos debe preocupar, por cuanto lo demás lo conoceremos cuando estemos con El en la eternidad. Gracias amada, en ésto debemos reflexionar para estar quietos. Dios te bendiga y continúe llenando tu intelecto de sabiduría para ser usada en favor de su verdad, que es en Cristo Jesús. 🙌🙇♀️