¡Ay, gálatas, qué tontos son ustedes! ¡Hasta parece que estuvieran embrujados! Yo mismo les di una explicación clara de cómo murió Jesucristo en la cruz. Gálatas 3:1
Las madres jóvenes siempre tienen mucho que aprender. En una ocasión mi hijo mayor, quien tenía unos dos años para ese momento, se portó muy mal… realmente no recuerdo qué hizo exactamente. El caso es que yo me molesté muchísimo, y le di una zurra tan fuerte que dejé mi mano marcada en su nalguita. El pobre niño lloraba desconsoladamente, pues no entendía por qué yo estaba tan molesta. Gracias a Dios que era muy gordito, porque si no el impacto habría sido mayor. Ese día entendí que no se puede corregir a un niño con rabia, estando molesta. Si se hace de esa manera, el castigo nunca va a ser proporcional a la falta. Sí, el Señor ha hecho maravillas en mi carácter, y hoy en día la ira no me domina de una manera tan negativa.
El problema no está en molestarse, sino en pecar en medio de la molestia. Hoy, quiero hablarles de Pablo y analizar cómo el celo por el evangelio lo airó y lo hizo escribir una carta donde pone todos los puntos sobre las íes, con indignación del bueno, pero con respeto, y sin pecar… Tal como también lo hizo Jesucristo en su momento.
El apóstol Pablo es el escritor más prolífico del Nuevo Testamento. Él es responsable de 13 cartas, en un universo de 27 libros que contiene esa sección. Todos esos escritos son famosos, pues resumen magistralmente el evangelio y la doctrina bíblica. Muchas de esas cartas son tratados de teología, otras son tiernas misivas pastorales, igual de aleccionadoras… Filipenses es un ejemplo clásico del amor tierno de Pablo por la gente de Filipo. Filemón deja entrever una amistad entrañable que supera cualquier escollo, una amistad que puede pedir lo que sea a la otra persona. Es que los escritos de Pablo dan para todo.
Desde hace unos 15 o 20 años, se ha venido desarrollando una nueva manera de estudiar el texto bíblico, una forma que está más apegada a la tradición oral, que dominaba la cultura neo testamentaria. La “Crítica de la Performance” establece, entre otras cosas, que las cartas de Pablo fueron leídas por un emisario, (generalmente designado por el mismo autor) con instrucciones precisas para leerlas con la entonación y las pausas necesarias. De esta manera, la audiencia, quien tenía acceso a las cartas a nivel oral, tenía una idea clara del tono que dominaba la misiva. En otras palabras, las cartas eran interpretadas como en una obra teatral. Así, esta técnica trata de modelar la manera como las primeras audiencias reaccionaron a estas cartas la primera vez que escucharon su lectura, y disfrutaron de su representación teatral.
En una ocasión tuve la oportunidad de ver una lectura interpretativa de la carta de Pablo a los Gálatas… ¡Yo no podía creer lo que veía y escuchaba! Gálatas es una de las cartas más duras de este famoso escritor y apóstol. Es que, cuando Pablo escribe Gálatas, está muy, pero muy molesto… Y el actor que declamó la carta ante nosotros, lo hizo visiblemente molesto también. Esa experiencia me dio una dimensión completamente diferente de Gálatas, y me permitió leerla con nuevos ojos.
¿Por qué Pablo está tan molesto con las comunidades eclesiásticas de Galacia? Pues resulta que hay dos motivos: Uno, los gálatas ponían en duda el apostolado de Pablo (en realidad no sería la primera ni la última vez que alguien pusiera eso en duda), y dos, los gálatas habían comenzado a cambiar toda la doctrina con respecto a la vida, obra, muerte y resurrección del Señor Jesucristo, poniendo en riesgo también la doctrina de la gracia. Y eso molestó tanto a Pablo que éste decidió escribirles una carta para aclarar estos dos puntos.
La indignación de Pablo reside firmemente en la relación que tiene con los gálatas… Él mismo los visitó, les predicó, les habló de Jesucristo y Su evangelio, y fundó la iglesia local. La relación debió haber sido estrecha, porque de otra manera no se entiende la magnitud de la molestia. El problema está en la influencia que tenían las diferentes corrientes doctrinales y filosóficas que dominaban el pensamiento y la cosmovisión de las comunidades judías y gentiles por igual. Y también el hecho de que Pablo no pueda creer que sus enseñanzas hayan caído en oídos sordos.
Uno de los puntos que más dolió a Pablo fue la duda en cuanto a su apostolado. En los primeros versículos, él explica que fue Jesucristo mismo quien lo llamó y lo designó como apóstol. Habiendo aclarado esto, Pablo procede a explicar que el evangelio de Jesucristo es uno solo, que hay un solo camino verdadero, que no hay otros evangelios, que la salvación es por gracia, y que no hace falta seguir a los judaizantes para ser un verdadero cristiano. La cosa con la carta a los Gálatas es que defiende la integridad del mensaje del evangelio… Si se cambia un detalle tan siquiera, ya ese no es el evangelio de Cristo, que Pablo impulsaba con tanto celo y fervor.
Es que, ponte a pensar, ¿cómo te sentirías si pusieran tu trabajo por el suelo? ¿Y si pusieran en entredicho tu autoridad? ¿Y qué tal si tergiversaran todas tus enseñanzas? ¿Y qué me dices si tus discípulos e iglesia siguiera a las corrientes falsas de moda, esas que nunca faltan? Lo más seguro es que te indignarías, y volverías a repetir los fundamentos de la fe… A ver si esta vez les queda claro, de una vez por todas.
La carta trata con vehemencia sobre la defensa de su apostolado, que viene de Cristo, de nadie más. Luego, hace una disertación de la ley y la fe, la ineficacia de la primera contra la efectividad de la última. Continúa con la libertad que gozan los creyentes en Cristo, y la necesidad de vivir por el poder del Espíritu. Finalmente, habla de la misericordia al tratar las fallas morales de los hermanos, terminando con la petición de no obligar a nadie a circuncidarse.
Pero, la carta no es sólo ira indignante… Pablo realmente se preocupa por los gálatas… En el capítulo 4, versículo 11 en adelante, les dice que teme por ellos, que quizás todo el trabajo arduo que hizo por ellos fue en vano… Pero recuerda cómo le cuidaron y velaron por su salud. Pablo apela a ese amor, a ese cuidado, y les ruega que regresen a las enseñanzas que él mismo les dio, y abandonen a los falsos maestros.
Yo entiendo a Pablo. Debe ser frustrante querer tanto a una gente y que las cosas no salgan bien. Me imagino la reacción de la congregación cuando escucharon las palabras de Pablo y vieron su dolor, y la ira que le produjo la conducta de ellos, los gálatas. Seguramente algunos de ellos lloraron de pena, y decidieron retomar el camino de la sana doctrina… Porque, ¿para qué se debatió en Jerusalén a favor de los gentiles? Y más importante aún, ¿para qué murió Cristo… para que pisoteen la libertad que Él logró para todos? ¡No, eso Pablo no podía permitirlo!
¿Gozas tú de la libertad que tienes en Cristo?
2 respuestas a «Gálatas: El arte de airarse y no pecar»
Que excelente mi hermana querida. Si….. estoy aprendiendo a disfrutar de la libertad que nuestro Señor nos ha dado. Recordando que esa libertad tiene límites, y que esos limites están bien establecidos en su Palabra….. nuestro hermano Pablo tenía mucha razón al enseñarnos y animarnos a vivir esa libertad en el poder del Espíritu Santo. En este mundo hemos aprendido una libertad distorsionada y pido a su Espíritu Santo que vive en mi me enseñe a vivir en la verdadera libertad no distorsionada. Te amo Francys, gloria a Dios por tu vida y los dones que te ha dado para nuestra edificacion
EXTRAORDINARIO, Fracis!!! Siempre aprendo…a veces me asombro de ello! Yo desconocía de la puesta en escena de las cartas de Pablo….creo que Dios te asiste y bendice cuando escribes! UN GRAN GRACIAS!!!